El pasado 26 de marzo participamos en el foro sobre turismo y despoblación organizado por la OMT, y en la que intervinieron diversos expertos y responsables políticos. ¿Puede ser el turismo una palanca de acción que ayude a fijar población y frene la sangría demográfica? Durante estos casi treinta años de turismo rural en España, parece evidente que el turismo no ha resuelto el problema de la despoblación, si no que se trata de una actividad altamente estacional y complementaria a otras actividades. Algunos de los participantes se preguntaban ayer si tal vez sería ya demasiado tarde para frenar la sangría, y se reconocía que en muchos casos la situación es irreversible. El próximo día 31 se anuncia una gran manifestación de la España vacía que conecta directamente con los desafíos expuestos en el foro. Los servicios y la conectividad se plantean como una necesidad clave para dotar de oportunidades al medio rural, pero si se quiere que el turismo actúe como gran revulsivo, es necesario repensar el modelo actual a través de una innovación disruptiva. Para ello se necesita primero hacer un balance crítico de lo sucedido en estos años, escuchar en profundidad a la demanda y sobre todo, no repetir los mantras que ya se han demostrado ineficaces.
