En el contexto del Plan de Excelencia Turística, y con el objetivo de impulsar el turismo desde un punto de vista más articulado y estratégico, el Ayuntamiento desarrolló un plan de puesta en valor de la muralla medieval, incluyendo la restauración de sus tramos y la incorporación de atractivas propuestas en su oferta, entre ellas el teatro.
El principal trabajo fue el de la interpretación, para a partir de ella establecer tipos de actuación, guiones y producción de espectáculos.
La interpretación del monumento partía de entender la muralla como un gran friso colectivo en el que estaba recogida la memoria de la ciudad. La muralla se convierte en un elemento cohesionador de la ciudad intra y extramuros, en protagonista indiscutible a través de las propuestas teatrales sobre el mismo adarve; abulenses y turistas se confunden con la historia de la ciudad, nuevamente pasado y presente conviven en un guiño alternativo a la visión puramente científica del pasado.
El proceso de puesta en valor de la muralla de Ávila para su uso turístico se prolongó durante tres años, en los que se habilitó el disfrute del paseo sobre su adarve tanto diurno como nocturno, se crearon hitos interpretativos en sus torreones y se incorporó el teatro como atractivo turístico. Todas estas actuaciones estuvieron siempre al servicio del monumento, favoreciendo un diálogo permanente entre la muralla y la ciudad.